martes, 29 de noviembre de 2011

He decidido apostar por mi formación

He llegado a una etapa de mi vida a la que he llamado: Estación La Alegría. Porque en esta etapa tengo todo lo que necesito, lo que me hace feliz, aparte de que me sobra tiempo, quiero decir que aún soy joven y saludable, ya estoy en regla con los papeles, y en mi mesa no me falta el pan, ni el amor y verdaderos amigos de quienes aprendo cada día una palabra nueva. Y tengo varias bibliotecas a mi disposición para hablar con gente más sabia que yo.
Aunque, eso sí, el dinero por ahora no lo voy a acumular en esta etapa de mi vida en España, pero sí voy a enriquecer mi espíritu a través de la cultura, porque he decidido apostar por mi formación. He decidido crecer dentro de mí mismo. Quiero ser un sueño hecho realidad, mío y de mi madre que me espera ansiosa, tal vez, en algún lugar de esa tierra mía, para verme por fin siendo alguien, al menos buena gente.
Así que hoy emprendo esta aventura que no sé a dónde me llevará, pero siento en mí un cambio total, que algo mejor me depara el destino, pues la vida es ir adelante y a mí me gusta andar. Y hago esto porque un verdadero hombre debe elegir lo que le conviene y yo he elegido estudiar. Como diría esa luz que es Facundo Cabral, he elegido ser Águila por amor al gusano o algo parecido, al menos saber escribir correctamente y poder ser útil a toda la gente que me rodea.
Así que amigos, voy a intentarlo y si fracaso no será porque no lo intenté…

C.D. 29/11/2011

jueves, 10 de noviembre de 2011

PARAGUAY EN LA POESÍA Y EN LA MEMORIA

El próximo miércoles 16 de noviembre a las 18:30 horas, en el Centro Hispano Paraguayo de Madrid, tendré la oportunidad de leer unos poemas de Elvio Romero y algunos míos.
Voy a ser presentado por José Luis García Martín.
Ya todos están invitados.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Humo-sapiens

“La gloria, es dulce” me dice una voz.

La catedral de Oviedo
No soy el héroe que buscáis,
valquirias de alas rotas, de rostros estelares.
Solo soy uno más
atraído por el imán de la tierra
del cual sin querer soy otro esclavo.
Pero a pesar de la noche que me oculta la luz
procuro seguir esos pasos
las huellas en el desierto
que tal vez, me hagan volver,
junto a esa que cocinando, y cantando
en bicicleta va pensando en mí.
¡Sí, señor!
No creo en el futuro,
creo en esas manos que se agitan al verme.
Solo conozco un camino: el presente.
Desconfío del destino
de mil rostros de espejos,
alma ingrata que engendra sorpresas.
Por eso me anticipo a sus desgracias
disfrazadas de carnavales,
lo remedio con volver a intentarlo siempre.
Soy la hormiga que sube la montaña
tras una miga de esperanza
y soy la oruga anillada que medita cual Buda
en su bola de lana, tranquilo y tibio.
Seguro como el feto en el útero de la madre.
¡Sí, señor!
En el fondo es todo lo que busco:
Ser protagonista del sitio que ocupo.
La verdadera gloria es identificarme
como humo-humano,
si al final eso es lo que soy.
Subir, subir alto
y desaparecer...

C.D.