jueves, 31 de julio de 2014

Monedas para disfrutar el verano


Me gusta que un libro de poemas me acompañe en estos días de verano en que parece que la ciudad se toma un respiro y la gente se va a la playa a darse un chapuzón. Me gustan los poemas breves (los que te permiten suspirar), con imágenes sugerentes, los que te invitan a volver a leerlos, los que invocan las estaciones, los ríos, la vida que pasa... Sentado en un banco cualquiera, en una parque cualquiera, bajo una sombra fresca, leo Monedas sueltas (Huerga & Fierro, 2014), una selección de haikus del poeta santanderino Juan Antonio González Fuentes. Se trata de poemas escritos entre los años 2009 y 2013.
            El autor explica en una nota a la edición que sus haikus “no son verdaderos haikus ni desde el punto de vista temático y conceptual, ni desde el métrico, pues mis agudas y esdrújulas finales en ocasiones ni suman ni restan lo que las reglas de nuestro idioma exigen en su uso normalizado”. Entendemos que lo que nos quiere decir es que pretende que sus haikus sean esencialmente poemas, respeten o no unas normas métricas, y no una forma vacía, versos sin alma.
            Les dejo, como ejemplo, algunos poemas de Juan Antonio González Fuentes:

Un gorrión gris
baila sobre la nieve:
punto de fuga
            *
Soy gota quieta
que a la luna pregunta
por su reflejo
            *
El árbol solo:
paisaje inagotable
en cientos de hojas
            *
Aprende el fuego
la lección de las aguas:
lame su herida
                        *
            Muy malherida
            se refleja la sangre
            en el cuchillo
                        *
            Confunde el mirlo
            la luna y la farola
            entre sus alas
                        *
            Cantan las ramas:
            lee el viento en sus hojas
            la partitura
                        *
            Queda el rocío
            esperando a la muerte
            en la flor seca




miércoles, 30 de julio de 2014

Tengo fe

La lucha contra el dinosaurio es terrible, aun más si no poseemos las armas para enfrentarle. Lo sé. Pero no nos rendiremos, no importa dónde ni cómo estemos. Tenemos motivos para no rendirnos. Ejemplos son los campesinos que luchan por su derecho a un puñado de tierra, por una salud pública, por una educación igualitaria; los jóvenes, por un puesto de trabajo que les impida abandonar su hogar (su país) y les permita estudiar; las mujeres, por la igualdad y el respeto... por sus hijos... Tengo fe en el cambio. Tengo fe en que algún día podremos elegir responsable y concienzudamente a nuestros mandatarios, sin guiarnos por el color. Ojalá solo pudiéramos ver todo en escala gris. Cuántos problemas nos ahorraríamos. Que no haya tolerancia para los corruptos. Maduremos de una vez. Algún día madurará la conciencia paraguaya. Tengo fe. No nos pasará lo del cuento de Monterroso. Cuando la pesadilla pase, el dinosaurio ya no estará allí. Sí, señor.



viernes, 4 de julio de 2014

Tanto afán para qué

Todo lo que hoy aprendo mañana olvido.
Tanto afán para qué si todo acaba
como si nada hubiera ocurrido.
La rosa, tanto si la arranco o no,
al otro día muere en el camino.
Un fuego que se resiste a resistir
es la vida, solo un fatuo espejismo.
Sin memoria ni pasado el destino.
Mi futuro es un túnel oscuro.
No puedo ver la luz, estoy perdido.