miércoles, 27 de julio de 2011

Frutas de Jardines ajenos II

Entre más nos golpean, cuando se defiende una causa justa; más dignos nos sentimos.
Ponciano Arriaga

Puesto que la naturaleza te hizo al nacer pequeño y desnudo,
Acuérdate de soportar con paciencia el peso de la pobreza.
Pseudocaton

El presente es de todos. Nadie pierde el pasado ni el porvenir, pues a nadie pueden quitarle lo que no tiene.
Augusto Roa Bastos

Ya que no hablamos para ser escuchados sino para que los demás hablen.
Nicanor Parra

La ficción no reproduce la vida; la niega oponiéndole una superchería que finge suplantarla.
Vargas Llosa

Los poetas no cumplen sus palabras
si no cambia los nombres de las cosas.
Nicanor Parra

Lo que es despreciable, aprécialo; lo caro, no lo valores:
así, a nadie parecerás ni envidioso ni avaro.
Pseudocaton

El corazón mezcla amores. Todo cabe en ese redondo universo. Pequeño cerebro que late como si pensara.
Augusto Roa Bastos

La ficción también es una purga.
Vargas Llosa

No desprecies las fuerzas de un cuerpo débil;
a quien la naturaleza negó la fuerza, dio la inteligencia.
Pseudocaton

Aprende algo, porque, si de repente te deja la Fortuna,
queda el talento, que nunca abandona la vida del hombre.
Pseudocaton
En vuestros oídos habito yo, la escurridiza Eco:
y si deseas pintarme tal como soy, pinta el sonido.
Ausonio

domingo, 24 de julio de 2011

DON QUIJOTE EN EL PARAGUAY



Yo, igual que Juan E. O’Leary
Creo en el gran Quijote
que tuvo el Paraguay:
Francisco Solano López.



DON QUIJOTE EN EL PARAGUAY

... Y un día Don Quijote pasó por nuestra tierra,
en ideal cruzada, cruzado caballero,
erguido en los estribos, el continente fiero,
por la razón negada y la justicia en guerra.

Y en la vasta llanura y en la empinada sierra
aun queda de su paso, marcada en el sendero,
la señal sanguinosa del luchar tesonero
contra la fuerza bruta, cuyo poder aterra.

De su lanza en astillas los restos dispersados;
de su espada en pedazos los añicos violados,
a los flacos del mundo ya no defenderán;

¡que, tras de cinco años de lidiar, temerario,
frente a triple enemigo sucumbió solitario,
orgulloso y altivo, junto al Aquidabán!




O'LEARY, JUAN E. : Ciudad de Asunción, 1879 - 1969. Periodista, historiador, político, poeta y ensayista. Integró la promoción de escritores de 1900 cuyos miembros - Manuel Domínguez, Manuel Gondra y Alejandro Guanes, entre otros - son los verdaderos fundadores de la cultura paraguaya moderna.-
Como los demás integrantes de su grupo, Juan E. O'Leary escribió cuando todavía estaba muy vivo el recuerdo de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y en su obra trató de afirmar los valores espirituales de una nación que renacía de la catástrofe.-
Conocido reivindicador de la figura del mariscal Francisco Solano López -quien sostuviera esa trágica guerra y muriera en su última batalla-, O'Leary exaltó en su obra el heroísmo con que el Mariscal López luchó y sucumbió en la contienda.-


Cristian David López

jueves, 21 de julio de 2011

La noche de los fuegos.wmv



LA NOCHE DE LOS FUEGOS

Y en la playa te vi, sola, al llegar,
y allí, sobre la arena, ardía el cielo
y el aire susurraba entre tu pelo
y bailabas la música del mar.

Y esta vez me tomabas de la mano,
y nos íbamos riendo hasta un portal
y mis ojos te abrían en canal
y tus besos sabían a verano.

Y la noche se nos quedaba escasa.
Y la lluvia traía al sol llorando
y apagaba tu boca porque quema.

Y yo no regresaba solo a casa.
Y tú no preferías a Fernando.
Y yo nunca escribía este poema.

Rodrigo Olay

domingo, 17 de julio de 2011

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DESPEDIDA

¿Quién se aleja de mí en esta noche
en que no hay nadie junto a mí y suenan
insistentes teléfonos muy cerca,
en la casa de al lado, en otro mundo?

¿Quién me susurra adiós desde tan cerca
que su aliento me abrasa la mejilla?
¿De quién son las lágrimas que caen
furtivas en mi mano y en mis labios?

Nunca he tenido miedo de estar solo.
De no estar solo sí que tuve miedo
aquella noche de hace veinte años.

De aquella noche no recuerdo nada.
¿Quién eres tú, que lloras y te alejas
descalza, por la orilla de mi sueño?

José Luis García Martín

La partida.wmv



LA PARTIDA

La tarde de tu marcha la recuerdo
más tediosa que triste, interminable:
un tren que no acababa de llegar
y el impaciente frío del andén.

La tarde de tu marcha no fue triste,
fue sólo un anticipo del infierno.
Se borraban palabras en la niebla
y sonrisas también, y algún bostezo.

Ni siquiera recuerdo a dónde ibas
tan sola y sin billete de regreso,
yo miraba el reloj con aire ausente.

Estés en donde estés no estás a gusto,
por eso vienes cada noche a verme
y algo me dices que entender no quiero.

José Luis García Martín

domingo, 10 de julio de 2011

Amor su signo.wmv



Un poema a Paraguay de Esther María Osses , poeta panameña.

AMOR SU SIGNO


¿Por qué anunciaste con amargo acento
urutaú, la pérdida del nido?
El Paraguay existe. No ha caído.
Urutaú, publícalo en el viento.

¿Qué fuerza primordial le da sustento?
Vive, vuelve a vivir recién herido.
No conoce la muerte ni el olvido
la novia guaraní de extraño cuento.

Tierra sitiada de infortunio tanto,
siempre lo mismo, ardiendo como un canto,
entre los montes tímida paloma.

El agua es su deidad, amor su signo.
No hay la palabra para el dios maligno
en su invencible, musical idioma.

Homenaje al Maestro Facundo Cabral

Mi madre, encinta, bailaba con mi tío loco por el hachazo que todavía llevaba en la cabeza; bailaban a los saltos, de punta del patio agobiado por malvones.
¿Qué pasa afuera? – pregunté.
- Estamos festejando tu inminente nacimiento -contestó mi madre.

Así empieza Paraíso a la deriva, las memorias escritas por Facundo Cabral, de 74 años, que el sábado fue acribillado en el aeropuerto Internacional La Aurora de Guatemala. Iba a viajar a Nicaragua, donde continuaría con su gira de despedida por América Latina.
Fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40, conoció a su padre a los 46 y sobrevivió a una pobreza extrema. Fue el más pagano de los predicadores. Nos ha hecho reír, reflexionar, dudar, confesar, nos ha hecho más sabios y felices. Y lo recordaremos porque, como diría él, las cosas son de los que aman y nosotros lo amamos.
Antes de conocer a Facundo, pensaba yo que era el único en el mundo cuando en verdad estoy entre siete mil millones de personas.
Y me di cuenta con él, que en todo este tiempo nunca he estado deprimido, sino solamente distraído. Distraído de la vida que me puebla. ¿Cómo puedes estar distraído?, me preguntó él.

Tienes corazón, cerebro, alma y espíritu, entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado. Distraído de la vida que te rodea; delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay siete mil millones de personas. Además, no es tan malo estar solo, es más, yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer. Y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque cumplió 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein, interpretaba como nadie a Chopin a los 90, por sólo citar dos casos conocidos.

Y ahora ¿cómo evitar estar triste cuando tu vuelo se ha adelantado, pero te veo en mente tan claro diciéndome: ¡Me he liberado de mi cuerpo que es tan molesto! Ya sabes: “Tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo duda”

Hoy sé que Facundo nació: para seguir infinitos, para que sus ojos lo bebieran todo, para tener que aceptar, dolorosamente, que aunque uno haga mucho, lo esencial será postergado hasta lo infinito. También nació para leer a Schopenhauer y a Nietzche. Nació para descubrir a Kafka y para morir con él, entre tortugas y flechas.
Facundo decía cuando los días eran luminosos: Las canciones son mi cuerpo volando, haciéndome fosforescente, es decir poeta; muchos se casaron por mis canciones, por eso me odian, muchos se separaron por ellas, por eso me aman…es decir que soy amado por lo que odio y odiado por lo que amo.
Nació para presentarme a Walt Whitman. Para decirme que cualquier duda le preguntara a Borges.
Siempre recordaré el tema que compuso. Perdóname, Señor. No quiero ser un ciudadano. Yo quiero ser un hombre como me has creado.
Facundo, sentado en el escenario con una gafa oscura y sonriente, mientras arpegiaba su guitarra en mí menor, soñaba y recitaba:

Yo soy Facundo Cabral y ahí no termina la cosa,
Yo soy hijo Sara y con eso es suficiente.
Soy el orgullo de mi abuela que es la vergüenza de mi familia
Por mi abuela empecé a leer la Biblia a la altura de la Magdalena.
Mi abuela pensaba que hacer el amor alargaba la vida.
Por eso le llamaba la atención que Borges haya vivido tantos años.
Soy la peor parte de Isabel ,
que es mi mejor parte.
Ella no puede vivir sin mí y yo la comprendo
porque yo tampoco puedo vivir sin mí.
Y a mi edad ya casi con derecho
a los incoloros privilegios del escepticismo,
a pensar como pensaba Mark Twain en su madurez que decía:
"A mi edad cuando me presentan a alguien
ya no me importa si es bueno, malo, rico,
pobre, negro, blanco, judío, musulmán o cristiano.
Me basta y me sobra con que sea un ser humano...
peor cosa no podría ser".
Estoy asombrado de ser parte del asombroso
universo y orgulloso del hambre que me mantiene despierto.
Soy repetidor de Whitman:
“Me canto y me celebro,
me celebro y me canto,
y si me canto y me celebro
te celebro y te canto
porque cada átomo
que me pertenece te pertenece
porque cada átomo
que te pertenece me pertenece
porque tú y yo somos la misma cosa.”

Aún creo poder verlo, tarareando una canción, Jesús anda por la tierra, o silbando bajito al costado de la vía o en una playa desierta No soy de aquí, ni soy de allá. De alguna forma tenía razón en esta canción, porque él era de todas partes.
El diablo sabe por sabio pero más sabe por Freud – decía y todo el mundo se reía.
Y me detengo cuando canta: Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo. Esta canción tiene mucha reflexión dentro. Porque el cantor cultiva lo místico.
La revolución fundamental es revolucionarse – otra frase que me gusta.
Y mientras trabajaba, su voz seguía recitando incansable:
Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte,
viendo como el progreso acaba con la gente.
En el mundo comprobé que hay un tal para cual
y que cada uno encuentra lo que quiere encontrar.

El hombre tiene mujeres y el gerente secretarias.
El rico tiene problemas y el pobre tiene ganas.
Me escapé de la Rosario que se hace la moralista,
porque ella es virgen porque es fea y no porque sea buena.
He conocido mujeres y de eso nadie se asombre,
que por buscar un marido se perdieron a los hombres.
Parecido le pasó al tucumano Hugo Alberto
que por una sola mujer se perdió a todo el resto.
A la flecha del amor la dispara un inconsciente
de lo contrario no habría tanta desgraciada gente.
La flor seguía cantando en un Manhattan delirante
como el sueño que es la vida.
Otro Kennedy llegaba, Jimmy Carter insistía,
Frank Sinatra retornaba y John Lennon se moría.
O se dejaba matar para darme la oportunidad
para que yo pueda pasar el frente de una vez por todas.
Thank you, John, donde quiera que estés. En el infierno con Somoza o en el Paraíso
con Vinicius du Moraes.
Entre muchas maravillas que guardo en el corazón
la principal es aquella que una noche
de Ecuador me libró de las cadenas cuando me dijo que sí,
porque aprendí que entregarse es comenzar a vivir.
Cuatro ojos me mataron el día que nos conocimos,
los dos con que me miró y los dos de su marido.
Estoy forzado a robar porque he llegado muy tarde,
desde antes de nacer las cosas eran de alguien.
Por ejemplo, “El Quijote” de Miguel Cervantes,
“Hojas de Hierba” de Whitman,
“Tristán e Isolda” de Wagner.
España era de Franco,
el Guernica de Picasso,
Sofía Loren de Ponti,
el Óscar de Marlon Brando.
La gloria era de Gardel, las vaquitas de Anchorena
y si quedaba algo más
se lo llevó Lope de Vega.
Hasta la misma injusticia ya tenía propietario
como la desesperanza es privilegio del tango.
Si me gusta una mujer está de novia o casada,
si soy ladrón es por culpa de la propiedad privada.

   Facundo Cabral probó la vida y glorificó a todos y confesó el sabor que tiene la dicha de sentirse vivo, poseído por el amor por la que cantó con fervor hasta el último aliento.
   Hoy se nos va, el que dijo que fue Dios porque soñó. La vida es un circulo decía él cuando volvía en invierno a la casa de su madre.
   Y ahora pienso, ahora que has tomado el tren de la eternidad
    Como no recordarte si contigo aprendí tantas cosas,
   Si contigo aprendí a hacer barcos
con los dólares que morían en la alcantarillas de Paris.
   Y contigo memoricé algunas frases que jamás olvidaré.
   Con tu voz canté y recité.
   Se nos fue el que cantaba a la paz y la libertad con su música de trovador.
   El que de niño siempre quiso ser payador.
   Adiós amigo, sube con tu carroza de fuego cual Moisés
ya con tu cabello cano, señal de que te has purificado.
   Estuviste tan vivo y siempre estarás vivo en nosotros.

   Estabas hecho de vino, de flores, de trigo, te llaman el hombre.

   Y me quedo con lo que dijiste alguna vez,
ya veinte año atrás ensayando:
Amigos yo no me fui,
ustedes se quedaron.


   Thank you, Facundo, me quedaré con tus Cabralidades.

C.D.
10-07-2011

domingo, 3 de julio de 2011

Madre

Porque creo que en los cielos, arriba,
los ángeles que uno a otro se susurran
no hallan entre sus palabras de amor
ninguna tan devota como "Madre",

 siempre te llamaré por ese nombre,
tú que eres más que madre para mí
y llenas mi corazón, pues diste vida
a mi amada y su espíritu tan libre.

 Mi propia madre, que murió muy pronto,
no era más que mi madre, pero tú
eres la madre de quien yo más quiero,

y así eres más querida tú que aquélla,
igual que, infinitamente, a mi amada
la quiere más mi alma que así misma.

El poema titulado “Madre”, de Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), que aparece publicado en su libro Lejos (Ediciones de La Isla de Siltolá), es una variación de un soneto de Edgar Allan Poe. Trae un fondo de reflexión porque nos muestra una imagen desde otro ángulo.
Empieza halagando a ese ser diciendo que en el cielo los ángeles no encuentran otra palabra de amor tan devota como “Madre”, y tal vez sea cierto.
Y en el segundo cuarteto, verso segundo dice “tú que eres más que madre para mí” porque es madre de su amada, madre a quien más quiere. Nos damos cuenta que se refiere a ese ser a la que la mayoría de los hombres han tomado como antagonista de su mundo amoroso: la suegra.
Pero en estos versos el poeta nos habla desde otra perspectiva, pues nos hace reflexionar, nos hace ver lo verdadero, lo bueno, porque la suegra es como el árbol que nos da la fruta para saborearla. Esa es la idea central de este emocionante poema.
Y si nos pusiéramos a reflexionar más fondo llegaríamos a darnos cuenta que “madre” no es solamente aquella que nos trajo al mundo, sino aquella que te mantiene en él, aquella que puede recibirte en sus brazos sin mirar el color de tu piel, tus ojos, tu idioma, aquella que te reciba en su casa, en su mesa, entre sus hijos. Porque madre es sinónimo de amor.

CDL
02-07-2011

sábado, 2 de julio de 2011

ESPÉRAME AQUÍ

                                                A Rosalía

Hace tiempo que ya no te conozco,
me olvidé de tu voz, de los gestos
que hacías con los labios.
Tu cabellera negra que se encendía,
poco a poco se me apagó.
¿Qué será de ti, qué será de mí?
Le pregunto al del espejo,
ese que lleva una bolsa en los ojos,
tal vez de tanto esperar, de tanto soñar.

¿Dónde estará ese lugar
en que tal vez volvamos a encontrarnos?
Hambrientos de apagar lo que nos entristece.
¡Vaya camino que nos separó!
«Espérame aquí», dijiste. Recuerdo la lluvia
y que, como una enorme raíz,
el tiempo me abrazaba.
Quedé indefenso
y mi alma se oscureció.

Y pasaron los años, millones de gotas
sucedieron,
se cayeron los edificios a mi alrededor,
se multiplicaron las calles con mis pasos
las ratas me miraron maquiavélicas,
temblé y la tierra a mi alrededor
se fue rompiendo,
me volví tal vez duro.

Y como al demonio el fuego te siguió,
con tu imagen se marchó,
lloré unos años, miles de noches extinguí
y algunos días no te soñé.

A veces creo que aún estoy en esa esquina,
en donde me dijiste
«Espérame aquí».

C.D. -2011