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domingo, 9 de abril de 2017

Raquel Lanseros: la poesía que atrapa el tiempo


Oportuna y necesaria se hacía la publicación de la poesía completa de la española Raquel Lanseros (Jérez de la Frontera, 1973). Esta momentánea eternidad (Visor, 2016) recupera poemas de libros hoy difícil de conseguir, como Leyendas del promontorio. Raquel Lanseros es una poeta cuya voz  ha ido llegando cada vez a más lectores (tanto españoles como americanos) y cuyo eco lírico parece que viene a quedarse. Tal como lo explica la propia autora en el prólogo –que es una pequeña poética–, Esta momentánea eternidad nos ofrece una panorámica de lo que la poeta ha ido publicando en los últimos once años (2005-2016) y como yapa [propina] incluye algunos poemas inéditos. Años prolíficos, que han dado su fruto, con algunos poemas que describen un largo recorrido por la vida y la poesía, que acaso significan la misma cosa para Lanseros.  Su poesía busca sobrevivir al olvido. Por eso reflexiona sobre el paso del tiempo, utilizando a veces la imagen de las ruinas, ese rastro de los días que nunca pasa de moda: “Las ruinas se aparecen a un corazón humano / en su modo cambiante de reflejar el tiempo”. El optimismo y la inocencia ante el mundo como poética, mejor dicho como filosofía, como una manera de vivir (véase “Invocación”). Otro tema relevante en la visión poética de Lanseros es la de usar su voz en favor de la mujer (“Doña Juana”), para repudiar el trato injusto de la sociedad. En muchos de sus poemas de Los ojos de la niebla a quien se describe es una mujer. Lo autobiográfico, lo cotidiano, los problemas sociales, las referencias a los versos de otros poetas, enriquecen el mundo poético de Lanseros. La relación de trasladar un personaje literario en uno real, como el poema homenaje a la maestra “Beatriz Orieta”, que nos sugiere una figura paralela con a la Beatriz de la Divina Comedia. En este poema la muerte es una estancia donde los amantes se reúnen para estar juntos para siempre: “Pero a veces la muerte / vuelve a acercar los labios / de los que un día se amaron”. En Chroniria (2005), Lanseros se acerca a la poesía más irónica: “Me habría gustado amarte. Te lo juro. // Sólo que muchas veces la voluntad no basta”. También lo aforístico reluce entre sus versos, sobre todo en los finales: “Solo quien ha besado sabe que es inmortal”. La greguería: “Las palabras me trepan por el pecho / como hormigas hambrientas…”. Podemos ver en su trayectoria que los temas a lo largo de estos onces años no han variado mucho, acaso en los últimos libros aparezcan con más fuerza el tono irónico, el juego metalingüístico, la crítica social (“Sigue doliendo España”), la religión (“El creador del creador”). La poesía de Raquel Lanseros tiene los ingredientes para cautivarnos: las referencias a la vida real y a la literatura de todos los tiempos. En sus versos, la realidad y los sueños se entremezclan hasta confundirse, como en toda buena literatura. Pues como dice ella: “Leer poesía y escribir poesía conlleva aventurarse a pensar y a sentir”.
El mismo año en que aparece Esta momentánea eternidad se publica Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960), una antología preparada por Raquel Lanseros y Ana Merino, en la que recogen una muestra de la poesía que escriben las mujeres de los países de habla hispana. Para las antólogas es “imprescindible el trabajo de rescate y visibilización” de las poetas. Quieren contribuir a la “mayor divulgación de la obra de sus autoras, así como a instigar a la investigación y descubrimiento de otras muchas”.  Recogen en la antología algunos poemas de Josefina Plá y Renée Ferrer. Esta antología ofrece sin duda alguna una muestra de la gran variedad de poetas, desconocidas y olvidadas algunas, que en esta publicación resuenan con una fresca y renovada voz.
            Raquel Lanseros, poeta que sabe compartir su mundo, también sabe abrir caminos, hacia su poesía y hacia otros poetas. Como muestra, ofrecemos un poema de la autora:


            ARITMÉTICA

Lo que quiero que sea
lo que es
lo que pudo haber sido
lo que nunca será
lo que fue y lo que era
lo que pudiera ser
lo que querré algún día que haya sido
lo que quise que fuera
lo que a pesar de mí se obstina en ser
lo que siempre soñé que fuese un día.
 

Las cuentas son exactas:
yo soy el resultado.


 

sábado, 25 de junio de 2016

Dos poetas paraguayas en una antología española


La presencia de la literatura paraguaya en publicaciones internacionales está ganando espacio. En este siglo XXI, al menos, se ve el interés hacia nuestros poetas por parte de otros países, en especial de España. La presencia de autores paraguayos en las antologías importantes solía ser escasa y también, comparado con los de otros autores hispanoamericanos, los estudios sobre sus obras solían ser escasos.
Pero esta ausencia parece ir quedando atrás. En este nuevo siglo, las letras paraguayas van ocupando el lugar que le corresponde. El milagro de que nuestras letras lleguen a ver la luz en este siglo se debe al papel fundamental de las nuevas tecnologías que facilitan a los críticos buscar nombres nuevos, desconocidos, olvidados, para sus publicaciones. Pese a que las editoriales paraguayas no consiguen despegar y renovarse comercialmente para ofrecer sus productos a todo el mundo, algún que otro eco traspasa las fronteras de nuestra tierra y llega, gracias a Internet, a los oídos de los estudiosos.
El caso es que acaba de aparecer Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960), publicada por la editorial Visor. Una antología preparada por Raquel Lanseros y Ana Merino, en la que recogen una muestra de la poesía que escriben las mujeres de los países de habla hispana. Para las antólogas es “imprescindible el trabajo de rescate y visibilización” de las poetas. Quieren contribuir a la “mayor divulgación de la obra de sus autoras, así como a instigar a la investigación y descubrimiento de otras muchas” (pág. 10).  Y esta vez sí, podemos abrir el libro de casi mil páginas, e ir al índice de autores –de más ochenta poetas– y buscar y encontrar, por fin, no una sino dos autoras de nuestra tierra: Josefina Plá y Renée Ferrer. Sonreír entonces y continuar leyendo, maravillado por la variedad de voces, de tonos, de autoras. Esta antología ofrece sin duda alguna una muestra de la gran variedad de poetas, desconocidas y olvidadas algunas, que en esta publicación resuenan con una fresca y renovada voz. Merece ser subrayado que nuestras poetas se codeen con poetas como Delmira Agustini, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Violeta Parra, Gloria Fuertes, Ida Vitale, Claribel Alegría y tantas otras que enriquecen y elevan la literatura escrita en español.
Aunque Josefina Plá nació en Isla de Lobos (España) en 1903, desarrolló toda su actividad artística en Paraguay, donde vivió desde 1927. Es considerada como la madre de la literatura moderna paraguaya, en especial en el ámbito poético. Su labor artística abarca muchas facetas, desde el periodismo, el teatro, la traducción, el ensayo (destacan los trabajos en defensa del guaraní y la mujer), hasta las artes plásticas. Falleció en Asunción, en 1999. Su influencia en la cultura paraguaya es equiparable a la del Rafael Barrett. Los dos tuvieron el mismo destino de desarrollar sus carreras literarias en tierras paraguayas. Sus obras siguen enseñándonos, siguen vivas. Tuvimos suerte los paraguayos de tener tan buenos maestros. Copio “Libre”, uno de los poemas de Plá seleccionados en Poesía soy yo:

Libre para nacer sin elegir el día
libre para besar sin saber el por qué esta boca y no otra
libre para engendrar y concebir lo que ha de traicionarte
libre para pedir lo que después te será inútil
libre para buscar lo que mañana ya no tendrá significado
libre para morir sin elegir el día
libre para pudrirse sin escoger el sitio
libre para volver al polvo sin memoria
libre para seguir el rumbo de la raíz pequeña
libre para mirar al sol que no te mira
 
Libre para nacer sin elegir el día
 
 Renée Ferrer (Asunción, 1944) no solo es una poeta de renombre, sino también destaca como narradora y dramaturga. Es posible acceder a gran parte de su obra literaria visitando la página www.cervantesvirtual.com, donde además se pueden leer libros de otros autores paraguayos, como Elvio Romero, Susy Delgado, etc.
            La variedad temática caracteriza a la obra poética de Renée Ferrer. El tema del amor, el paso del tiempo, la muerte alterna con reflexiones sobre la guerra y las injusticias humanas, como se puede ver claramente en su último libro de poemas Ignominia – Tras las huellas del holocausto, publicado en España por la editorial Torremozas, en el 2015. De este libro es el poema “Dame la mano”, que se recoge en Poesía soy yo, y que narra el viaje, el definitivo viaje hacia la luz de una niña, acompaña por un ángel. Llaman también mi atención los poemas “No soy como quisiera” y “Limpieza”. Escribió asimismo poemas para niños. Yo, especialmente, recuerdo que en mi infancia había leído en algún suplemento escolar, publicado en un periódico, un poema infantil titulado “Pildoritas”, y que copio aquí:

            Las estrellas brillando
            están en el cielo;
            los niños en sus cunas,
            duermen sus sueños.

            Una flor muy temprano
            se levantó;
            me susurró al oído:
            el sol salió.

            En la mesa las tazas
            del desayuno,
            esparcen en el aire
            cintas de humo.

            Mientras mamá prepara
            para comer,
            panecitos de azúcar,
           manteca y miel.

 
            Sí, la poesía paraguaya está abriéndose camino, pese al mar que no le llega, pese a la tierra que le rodea, pese a los pocos lectores que la leen. La poesía paraguaya se sacude del olvido y el silencio y se abre camino en gran medida gracias al esfuerzo de antólogas como Raquel Lanseros y Ana Merino. ¡Gracias!

 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Luis Borja, poeta salvadoreño

He conversado con los poemas de Luis Borja, luego he charlado también con él sobre su libro El disparo, publicado en Visor. Todo ello se puede leer en el diario paraguayo La Nación. Me han recordado mucho a Ernesto Cardenal algunos de sus poemas. El tono combativo marca todo el libro, pero Borja es escéptico, parece no creer en el hombre ni en el Dios del hombre.

martes, 17 de febrero de 2015

La fiesta de la palabra

Parranda
XIV Premio Casa de América de Poesía Americana
Rafael Courtoisie
Madrid, Visor, 2014.
 
En Parranda, del poeta uruguayo Rafael Courtoisie (Montevideo, 1958), la fiesta de la palabra acapara casi todo el libro. El lector podrá encontrar unos versos lúcidos, dinámicos. En muchos casos el poeta prescinde de los adjetivos y recurre a la paradoja, a la ironía, al humor, al final inesperado, como en “Bienaventuranzas” o en “El viejo sabio” (que más que un poema semeja un microrrelato). Hay poemas tan sintéticos que parecen no ocultar nada, porque  entendemos que no tienen nada que decirnos, como el segundo poema del libro. Pero si lleva la música, alma de la fiesta, qué importa si se entiende o no el poema. Algunos de los bailarines que mueven su esqueleto en este libro son: Neruda, Dostoievski, Rascolnicov, Melville, Pedro Páramo, Mr. Hyde… En Parranda, sin lugar a dudas, el Dj es el Ingenio. Pero no todo es fiesta, también hay poemas reflexivos como “Mal abrigo” u “Orgullo”, título fundamental para entender los versos que siguen:

Esa inmensa esfera de hierro
invisible que cargamos
al zambullirnos y nadar
sobre la espalda del día.


 [El comentario se publicó en el Nº 3 de la revista Anáfora]

domingo, 1 de febrero de 2015

La antología que faltaba en España


La poesía del siglo XX en Paraguay (Antología esencial)
Mar Langa Pizarro
Madrid, Visor, 2014

   Antologías de la poesía chilena, argentina, cubana, brasileña, colombiana, etc., no han solido faltar en las librerías y bibliotecas españolas. La gran ausente, la menos difundida, siempre ha sido la poesía paraguaya. No podemos atribuir la culpa al poco interés de los lectores españoles. Quizá el problema radica en la falta de cobertura de las editoriales paraguayas. ¿Naufragan los libros que intentan llegar a España? Tal vez los representantes del país hispanoamericano en España no trabajan para promover a los escritores de su tierra porque seguramente ni siquiera ellos los leen, y puede que no los conozcan siquiera.
Pero acaba de aparecer la tan esperada antología paraguaya, en edición preparada por Mar Langa Pizarro.  Hemos de valorar y respetar su selección personal y confiar en su criterio. En la introducción nos ofrece un recorrido por las diferentes generaciones (poetas nacidos a partir de 1901) que conforman las letras paraguayas del siglo XX. Es una breve historia de la literatura paraguaya en el que adquieren protagonismo las revistas literarias (Revista del Instituto Paraguayo, La Ilustración Paraguaya, La Pluma Joven, Alón, Juventud, etc.). Todas ellas surgieron por la necesidad de difundir las nuevas creaciones y por la falta de editoriales. Las revistas hoy y entonces siguen siendo una oportunidad para muchos poetas que no pueden publicar un libro (en Paraguay la mayoría de las obras la publican y las pagan los propios autores). La selección de Mar Langa llega hasta los nacidos en 1970.
La antóloga excluye la poesía escrita en lengua guaraní, pero destaca la influencia de este idioma en la lírica paraguaya. Algunos de los poetas bilingües, conocidos sobre todo por sus obras en guaraní, aparecen en esta selección, como Susy Delgado e Ida Talavera.
Veinticuatro poetas conforman esta antología, que empieza con Josefina Pla. Como Rafael Barrett, esta española tuvo una gran influencia en los poetas y escritores paraguayos que la tuvieron como maestra y guía. Cultivó casi todos los géneros literarios. Destaca su visión crítica sobre el idioma guaraní y su apoyo al mundo femenino: “… Oficio de mujer. / Manos moviéndose / sin pausa / como hojas / que se retratan arañando el cielo / para caer al suelo y ser pisadas…”. Además, poemas de amor (“Como he de ser”, “Imposible”,…), reflexivos, sociales, (“Mi beso es muchedumbre”), intimistas, que hablan de la muerte y el paso del tiempo.
Herib Campos Cervera es considerado el padre de la poesía nueva (vanguardista) en Paraguay. Entres sus poemas destacan sobre todo los de tema social, con fuerte tono reivindicativo. El único libro que pudo ver impreso fue Ceniza redimida (1950), pero muchos de sus poemas publicados en revistas y diarios se recogieron posteriormente en volumen. Unos de los poemas más importantes de Campos Cervera, seleccionado en esta antología, es “Un puñado de tierra”, en el que el poeta, desde el exilio, con tono pesimista añora a su patria. Anderson Imbert lo calificó como un “poeta sin alegrías”. Se incluyen además dos poemas inéditos, el último de ellos (“El día que me muera”) parece pertenecer a la última etapa del poeta.
Ida Talavera escribe en guaraní y en español. En esta selección, podemos leer poemas de tema elegíaco, sobre la fugacidad de las cosas, de protesta, combativos… En “Lo que yo sé” descubrimos que Ida Talavera no solo es una observadora pasiva de la realidad, sino además alza la voz para decirnos que la realidad es su maestra, la que le ha enseñado a sentir y a reflexionar. Defiende a la mujer en el poema “Mujeres de mi tierra”.
Hugo Rodríguez-Alcalá, además de poeta, es un gran estudioso de la literatura paraguaya e hispanoamericana. El tema del exilio está muy presente en sus poemas. “Proyecto de poema I” evoca a su madre, la describe leyendo tal vez un libro, es una forma de retrotraer el recuerdo de la patria; en “El pueblo” evoca el lugar de la infancia, ese lugar ameno que ahora le parece un sueño.
Oscar Ferreiro es poeta, ensayista y traductor de Apollinaire, Paul Éluard…Entre sus poemas, destacan “Mañana” y “¿…y los dioses”. Ester de Izaguirre concibe poemas reflexivos (“Ignorancia”, “Feria”), intimistas (“Celebrante”) y amorosos (“Estatua”, “Conjuro”).
Elvio Romero es el poeta paraguayo más conocido fuera de su país. La mayoría de sus obras fueron publicadas por la editorial Losada. Influenciado por Neruda, Alberti (este le dedicó un poema y le ayudó a publicar su primer libro, Días roturados), Miguel Hernández,  Herib Campos Cervera,... Como a otros, según Hugo Rodríguez-Alcalá, el exilio lo salvó del anonimato. Pero sin duda alguna, Elvio Romero fue el primer poeta que elevó la lírica paraguaya a un nivel de prestigio.
José Luis Appleyard, que en la escuela estudió a los poetas españoles de la Generación del 27, también sigue la línea de Elvio Romero pero no es un poeta solo de raigambre social, le gusta más hablar de la naturaleza, del paso del tiempo. Es un poeta que no grita, no exhorta, no busca combatir, pero su voz es una de las que más se escucha y queda en la memoria del lector. Sus versos sosiegan, como la misma naturaleza que describen. En esta antología, los primeros poemas son más relevantes.
Otros poetas que destacan son Rubén Bareiro Saguie con sus poemas breves, aforísticos. Raquel Chavez nos ofrece poemas o versiones de los cantos que describen la cosmogonía guaraní, es también un homenaje al antropólogo (y, por qué no, poeta: el que traduce también es poeta) León Cadogán.  Osvaldo González Real, ensayista y narrador, es conocido sobre todo por sus cuentos de temas ecológicos, sus poemas se acercan bastante a la poesía oriental y a la cosmogonía guaraní. Jacobo Rauskin describe en sus poemas la realidad cotidiana. Se trata de un poeta cuya poesía parece engañosamente sencilla. Mezcla incluso el habla coloquial de su tierra con la lengua estándar. El poeta busca acercarse al lector paraguayo hablando como se habla en la calle. Es un estilo que ahora parece estar muy de moda en los poetas paraguayos, sobre todo en la última generación. Elinor Puschkarevich tiene algunos poemas más intimistas y sugerentes, otros tienden al tono confesional, como “Rosi, mi hermana canaria”, en el que nos presente el tema de la amistad. En los poemas de su segundo libro, vemos la preocupación por el paso del tiempo y la añoranza del ayer.
René Dávalos, que tenía solo 22 años cuando falleció, es una de las voces más prometedoras que había tenido la nueva poesía paraguaya. Muestra de ello son los pocos poemas que dejó publicados, piezas como “Ausencia”: “¡Qué sola brilla / –y qué vacilante– / mi vida en tu oscuridad!”. Algunos de sus poemas, como “Joven poeta” y “Al hermano”, hablan de la muerte como si presintiera su propio destino (“Estabas listo para morir: / el cielo como fruta madura negaba su dulzura…”). “La amada”, en mi opinión, es unos de los mejores poemas amorosos que forman parte de este volumen. René Dávalos, con solo veintidós años, podía describir de forma tan madura y reflexiva un tema muy común como el amor. Solo ya eso lo convierte en un gran poeta que merece sin duda estar en todas las antologías paraguayas e hispanoamericanas.
Otros poetas seleccionados son Carlos Villagra Marsal, Renée Ferrer, Carlos Colombino, Jorge Canese, Nila López, Amanda Pedrozo, Joaquín Morales y Montserrat Álvarez. Todos ellos ofrecen un estilo personal y sin duda merecen un estudio y seguimiento pormenorizado.
En fin, esta antología nos presenta una parte fundamental de la poesía hispanoamericana, el capítulo que faltaba por conocer.


C.D.L.



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