sábado, 5 de noviembre de 2011

Humo-sapiens

“La gloria, es dulce” me dice una voz.

La catedral de Oviedo
No soy el héroe que buscáis,
valquirias de alas rotas, de rostros estelares.
Solo soy uno más
atraído por el imán de la tierra
del cual sin querer soy otro esclavo.
Pero a pesar de la noche que me oculta la luz
procuro seguir esos pasos
las huellas en el desierto
que tal vez, me hagan volver,
junto a esa que cocinando, y cantando
en bicicleta va pensando en mí.
¡Sí, señor!
No creo en el futuro,
creo en esas manos que se agitan al verme.
Solo conozco un camino: el presente.
Desconfío del destino
de mil rostros de espejos,
alma ingrata que engendra sorpresas.
Por eso me anticipo a sus desgracias
disfrazadas de carnavales,
lo remedio con volver a intentarlo siempre.
Soy la hormiga que sube la montaña
tras una miga de esperanza
y soy la oruga anillada que medita cual Buda
en su bola de lana, tranquilo y tibio.
Seguro como el feto en el útero de la madre.
¡Sí, señor!
En el fondo es todo lo que busco:
Ser protagonista del sitio que ocupo.
La verdadera gloria es identificarme
como humo-humano,
si al final eso es lo que soy.
Subir, subir alto
y desaparecer...

C.D.

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