En el parque del Trinity College, un joven irlandés hace
volteretas y estrellas una y otra vez. Sonríe porque sabe que el resto del
mundo lo está mirando. Lleva unas gafas negras para disimular. Un puñado de
monedas plateadas y doradas cae de sus bolsillos, monedas que quedan brillando
sobre el verde pasto. La gente aplaude y el joven recoge las monedas como si
acabara de recibirlas por sus acrobacias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario