A la de 3
Javier
Almuzara
Sevilla,
Renacimiento, 2017
Los que conocemos a
Javier Almuzara (Oviedo, 1969), y tenemos la suerte de seguirle en todas sus
publicaciones, sabemos que siempre nos ofrece una literatura que nos une con la
tradición, pero cuyo esencia es totalmente contemporánea. Todo lo que pasa por
la pluma de Almuzara sabe a nuevo y añejo a la vez. De ahí que algunos haikus
de A la de 3 nos suenen más bien a
los versos populares españoles, tales como coplas, soleas, etc. Otros nos
recuerdan a las humoradas de Campoamor (“Si soy feliz / la lluvia me resbala. /
Si no, también”). O este otro: “En reflejo / de la carnicería / me han puesto
precio”, en el que la cotidianeidad y la realidad inspiran al poeta, que
reflexiona sobre el presente al que convierte en poesía. Y es que Almuzara, en
sus paseos por su ciudad, se fija en lo que nadie más se fija y es capaz de ver
lo que está escondido en los paisajes cotidianos y en la vida de las personas y
en su experiencia misma. Por eso, en A la de 3, hay haikus de amor (“Todo el
verano / en la luz que hoy se posa / sobre tus labios”), irónicos, actuales, de
tinte más occidental que oriental, pero sobre todo universal, con los que es
difícil sentirte afónico en estas fechas de lluvia y frío: “En el café / de este
día plomizo / se hunde el azúcar”. Con Almuzara toda experiencia se transmuta
en un breve y profundo haiku. Y es que en algún momento, cuando pronunciamos su
nombre, suena la palabra musa.
Sí, señor. Los haikus de
Almuzara no tienden a la monotonía. El lector pausado podrá reflexionar con
uno, sonreír con otro, dudar incluso, emocionarse, si lee atentamente. El
lector va pasando de hoja en hoja, de haiku en haiku, y siente que el ánimo,
como las olas, sube y baja.
La lectura de un breve libro
puede ser infinita si en cada relectura que hacemos de él descubrimos nuevos
matices, nuevas imágenes, nuevas reflexiones e impresiones. Y es que no somos
el mismo lector cada vez que releemos el mismo poema, nuestro ánimo ya no es el
mismo, nuestro estado emocional y nuestro conocimiento del mundo cambian. Por
eso A la de 3 tiene esa riqueza de
sorprendernos en cada lectura, de reconfortarnos, de enriquecernos. A la de 3 es una fuente que no se agota
ni nos sacia nunca. Siempre queremos más. Su lectura es un vicio en
cierne. Y –yo que soy un padre novel– releyéndolo
me di cuenta de que este emocionante haiku estaba escrito para mí: “Llora el
bebé, / ríe la madre, y ambos / tienen razón”.
[Reseña publicada en la revista Anáfora, 13]
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