martes, 5 de septiembre de 2017

La poesía afrodescendiente en Paraguay


Mario Casartelli
Kamba a’ã (Fruto del alma de la negritud)
Editorial Servilibro, Asunción, 2017

Unos de los primeros grandes protagonistas del Paraguay fue José Gaspar Rodríguez de Francia (1764-1840),  que forma parte del grupo que firma la independencia del país en 1811. Durante su mandado aisló al Paraguay, alejándolo de toda influencia extranjera. Estaba prohibido salir y entrar del país; pero hizo una excepción, recibió al general Artigas como exiliado político. Con él entraron al Paraguay algunos descendientes de africanos. De ellos, de los afrodescendientes hablan los poemas del poeta paraguayo Mario Casartelli (Asunción, 1954) en su libro Kamba a’ã (Fruto del alma de la negritud), unas crónicas en verso.
Un claro tono histórico caracteriza al volumen, pues Casartelli se inspira en historias verdaderas de esclavitud, algunas recogidas en libros de Josefina Pla, el cubano Fernando Ortiz o Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Pero también de las memorias de los habitantes de la comunidad Kambakua, donde viven los descendientes del grupo de personas afrodescendientes que entró al Paraguay acompañando a Artigas.
Casartelli ha llevado el lenguaje de la historia no solo a la poesía, sino también a la música. Así es más fácil revivir historias de la esclavitud ignoradas por muchos. El poeta las saca a la luz con nuevos sones, les da voz para que el lector de poesía se acerque a unos hechos que marcaron el Paraguay, donde también existió la esclavitud.
Amante del ritmo y la rima, Casartelli, con un lenguaje llano, mezcla poemas en español y en guaraní, incluso con algunas palabras africanas; nos trasmite un mundo que a muchos paraguayos les parecía lejano pero que sin embargo lo tenían –lo siguen teniendo- cerca, justo encima de la tierra que pisan y les da de comer.
Poeta en español y en guaraní, cantautor, periodista y también dibujante durante muchos años en el diario paraguayo Última Hora, Mario Casartelli ha recorrido América, Europa y Medio Oriente llevando su música y su poesía. Uno de sus últimos trabajos periodísticos son las crónicas Palestina: la llave entre las piedras.
Al igual que Georgina Herrera en Cuba defiende la identidad afrocubana, Casartelli en el Paraguay le pone voz a este grupo de gente, cuya cultura se ha mezclado con el guaraní enriqueciéndolo y enriqueciéndose identitariamente. Muchos de ellos también hablan en guaraní, hoy son paraguayos, pero eso no les evita seguir sufriendo marginación. Tienen los mismos problemas que los campesinos: la lucha por la tierra, por el trabajo, por la salud, por la vida. Bajo la tutela de Gaspar Rodríguez de Francia vivieron en paz y en un terreno donde cultivaban la tierra y seguían sus costumbres, traídas desde el otro lado del mar. Pero esa momentánea tranquilidad no duró mucho. Los siguientes gobernantes fueron desarraigándolos. Hoy en día siguen luchando por un puñado de tierra, como tantos otros paraguayos. Eso es uno de los temas fundamentales del libro de Kamba a’ã. Casartelli canta la resistencia de este pueblo de afrodescendientes.
No solo utiliza la poesía para que la historia de esta gente reviva en la memoria del pueblo, sino que a la mayoría de poemas le ha puesto música, que se puede escuchar en el álbum Tres mujeres tres tambore). En ese cd aparecen musicados poemas como “Ellas son”, “Mama Bernardina”, “Ubuntu” o “Mujer”, que debería ser un himno en Paraguay, un país matriarcal pero fuertemente machista. Como Rafael Barrett defendió los derechos de la mujer paraguaya a principio del siglo XX, en este poema se enaltece su fortaleza, pero también la sabiduría y el inmenso amor de las paraguayas: “Después de tanto ser mujer / mujer sin tregua y sin cuartel, / después de largo recorrer, / después de tanto padecer, / mujer, gracias por ser, mujer, te quiero merecer”.
Infatigable, Casartelli busca deleitar al lector y al oyente con su voz. Sus versos entran por los ojos y los oídos, y golpean el corazón del lector para dejar su eco retumbando en nuestra conciencia. Ese es su arte, dar su voz a los callados.

[Reseña publicada en la revista Clarín, nº  130]

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