martes, 28 de diciembre de 2010

Mimador de Cuerdas


Antonio Vega
No pudo ser el azul que amó
ni la chica de ayer que conquistó
lo que le hacía desbordar,
temblar
sino tú;
poesía estelar.

Se dejó llevar
 hasta ser esencia de su voz
que entraba por su alma.
Pero el humo estaba también buscándolo.
No hizo caso de él
pero al final pudo
con su siete vidas.
Siguió cantando
igual que jilguero
acariciando pelos vivió
mimador de cuerdas se lo llamó.

C.D.

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