Buscando la mujer que quiero
amanecí un día de enero
caminando por las calles de Oviedo.
Me contó el viento que paseaba a orillas del Nalón,
pero un Gaitero juró verla nadar en las playas de Gijón;
que arrastraba los pies tristes, taciturna 
 entró a la mar y salió vistida el cuerpo
con túnicas de algas marinas.
Amanecí cual pequeña brisa 
dentro de una garganta de campanas
dentro de una garganta de campanas
de donde vuelan premoniciones de palomas.
Amanecí en  Asturias; paraíso aromado de sidras
coronado de azañas de robles, itinerario de gitanas.
Era ebria; la lluvia y el cielo.
Amanecí en Asturias, amanecí en un sueño…
Y un amanecer de abril la encontré 
mirando el alba desde un hórreo 
donde el recuerdo es pequeño
donde un abrazo es eterno
igual que la amistad.
igual que la amistad.
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