18-11-2010
- ¬Por favor déjalo, olvídalo porque será inútil, te ahorraras quebrantos y muchos, no solo a ti sino y también a mí. – Le dijo ella guardando en la nevera la sobra de la cena recalentada.
- Pero, es que no lo entiendes mujer. –Contestó vaciando en la garganta diez centilitros de Ribeiro - La Idea; esa luz, el sueño que emprendo, que arriesgo es lo que me motiva. ¡Me gusta intentarlo todo! Desde pequeño tuve esa actitud y no pienso cambiar, ya de chaval me encantaba sembrar semillas de lapachos y me emocionaba cuando los veía crecer, sentía que también crecía yo. O cuando en casa había un grifo que goteaba y goteaba me gustaba intentar repararlo. Casi en todas las cosas hago lo mismo. Casi no me importaba las consecuencias lo único que importaba era aprender de ellas. Mi alcahuete propio soy yo. Hay alguien en mi que me hace dudar de todo, cualquier cosas me hace dudar. Siempre creí que las personas que no dudan de nada, no aprendían nada. La duda y la curiosidad es el mejor aliado de mi aprendizaje. Y la Idea en sí; es para mí como un castillo misterioso, siempre cuesta más abrir la primera puerta que es la principal. Pero si la abres, encuentras dentro muchas habitaciones con puertas y detrás de cada hay sorpresas; así son las ideas que emprendo, siempre me abren otras puertas, ideas a otras ideas…
- Será mejor que empieces a buscar trabajos –La interrumpió ella, preocupada –en cuidados de ancianos o pasear perros, algo que sea menos peligroso de lo que deseas hacer.
- Lo haría, pero esas cosas no me gustan hacer, yo soy pintor, eso es lo que amo y eso es lo que sé hacer. Que no lo entiendes eso que dicen: “haz lo que amas y no te sentirás desocupado”. También está claro que nadie sabe que soy pintor. Tengo que hacerme conocer. – Le dijo él queriendo convencerla.
- Sí, ese el problema que nadie te conoce. Y el tiempo corre y las facturas llegan y no esperan, eso es realmente también un verdadero problema. ¡Joder!
- ¡Ya sé! Me publicaré, publicare en las calles que soy pintor. Mejor aún hare en el ordenador una propaganda que pinto pisos, que limpio persianas que también lo sé hacer, lo único que hay hacer es destapar el cajón y sacar la persiana pa fuera pues así se limpian mejor, hay muchas mujeres que no pueden hacer eso y yo sí, haré ese servicio. –Dijo eso y sus ojos brillaron.
- Pero José, eso es muy peligroso. Y si te pillan que no tienes los papeles en regla. Que no estás asegurado. Que eres un ilegal. No quiero que te pase nada. Solo tenemos que ahorrar como me lo dice en el horóscopo.
- Chica, me decepcionas no crees en Dios y crees en los putos horóscopos. Macanadas. Esos te dicen siempre lo lógico. Cielo, mírame, ya verás que no me pasara nada, solo quiero intentarlo. Esta idea tengo que iluminarlo. Necesito de ella. Esta idea me va a abrir muchas otras puertas. No lo entiendes…Y estoy seguro que solo me llamaran personas que de buen corazón. Y habrá entre ellas que quieran una chica para limpiar la casa, planchar, etcétera y yo les recomendaré a ti; esa es otra puerta. Haré una copia original y las fotocopiaré y en los portales de los edificios los pegaré de noche cuando todos duerman para que nadie me vea. Y de día me llamaran cuando vean el letrero de Pintor. Primero, les cobrare muy económico para así ir ganando su confianza y hacerme conocer. Trabajaré barato y bien que eso es lo que la gente quiere. La gente me recomendará con el tiempo. Y con el tiempo seré tan conocido que me faltara tiempo para atender a todas las obras y cuando tenga mis papeles en reglas en este país seré ejemplos a muchos que aun no quieren abrir la puerta. – Se tragó otros diez centilitros de Ribeiro y dijo: ¡ confío más en estos sorbos que en la mierda de los horóscopos!
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