viernes, 17 de junio de 2011

¿CÓMO DEBE PENSAR UN EMIGRANTE PARAGUAYO?

Y éramos ya los innombrables,
los pobres hijos de la tierra.

Elvio Romero


Esta pregunta me hice un día, mientras estaba pintado subido a un andamio.
Obviamente, salimos de nuestro país en busca de algo mejor, de un trabajo que nos permita ganarnos dignamente la vida. Ya que como sabemos en nuestro país no hay trabajo. Aunque de eso la mayoría culpan a los políticos, al gobierno, lo cierto es que no solo ellos tienen la culpa, sino también nosotros. ¿Falta capital? Sí. Pero la mayoría no saben lo que significa. Y si lo saben, no saben cómo manejarlo. El capital es una semilla que primero germina en nosotros.
Conozco a muchos que vienen a España y a muchos otros países. Para ello venden sus terrenos o piden un préstamo con un interés muy alto, sacrificando por ello muchas cosas.
Lo sé, porque yo también lo hice. Y cuando llegan a trabajar, trabajan todo el tiempo, apenas viven, ni siquiera se alimentan bien, ni duermen bien.
Claro, me olvidaba, vinimos a trabajar, a ahorrar. A juntar ese bendito capital perdiendo hasta la propia libertad.
Y cuando ya hemos ahorrado mucho, regresamos a nuestro país. Pero qué pasa, muchos van y el dinero que llevaron, se les acaba en tres meses, haciendo inversiones que salen mal porque no son bien planeados. Otros van de farra y así recuperan todo lo que no han farreado, aniquilando cuatro años de trabajo en cuatro meses. Esto es real. Y para colmo muchos vuelven a repetir el ciclo, es decir, a pedir prestado dinero, a vender sus inmuebles, etc. y vuelven a sufrir. Y todos se tropiezan con la misma piedra una y otra vez. El dinero, amigos, no puede vivir sin el conocimiento, el conocimiento sin embargo sí.
Por eso, el joven paraguayo emigrante lo que debería hacer cuando reside en otro país aparte de juntar capital trabajando, es adquirir conocimientos formándose, estudiando. ¿Cuántos cursos de formación hay que no tenemos en nuestro país? ¿Cuándo el paraguayo tomará la iniciativa de superarse? El día que lleguemos a conocer nuestras raíces, nuestra historia, por la que lucharon nuestros primeros próceres, ese día nos daremos cuenta de que para que el país mejore primero debemos mejorar nosotros, ya que nosotros somos parte fundamental de él. Ese día ya no nos sentiremos inferiores porque habremos recobrado nuestro verdadero valor.
La mejor inversión que hace uno por sí mismo es la formación.
¡Cuando ganaríamos y con nosotros nuestra patria si viniésemos además de a trabajar también a estudiar! Y luego aunque volvamos a nuestra tierra con mucho o poco dinero, aunque vayamos de farra en farra, el conocimiento, la profesión adquirida es algo que nadie puede quitarnos. Ese es el verdadero capital. Especialmente digo esto para los jóvenes que están en este grandioso país ¿Por qué no se forman al menos? Es lo mejor que podrían hacer por el Paraguay.
No hay que olvidar, compatriotas, que las buenas costumbres inducen a hacernos mejores; las malas, a empeorar.


Cristian David López
Oviedo-Asturias
16/06/11