Adela Sainz Abascal
Renacimiento, Sevilla, 2014
Adela Sainz Abascal (Saro, Cantabria, 1965) acaba de
publicar su tercer libro, Esa extraña, la
luz, que consta de treinta y nueve poemas y, está dividido en cuatro
partes. El núcleo del volumen es esa búsqueda que la poeta, con un lenguaje
visual, sugerente, enigmático a veces, hace sobre el papel en blanco, esa otra
luz “donde [se] hospeda el silencio”,
donde ella quiere dejar o encontrar un poco de su oscuridad. De ese
momento de la escritura nos hablan algunos poemas, como “La batalla” o “El
fulgor del rayo”. Otros, como la punta de un iceberg, dicen mucho más de lo que
parecen decir, por eso hay que leerlos entre líneas para encontrar su sentido e
interpretarlos. También se inspira en el recuerdo de la infancia, esa fuente
inagotable. Sainz Abascal utiliza indistintamente la primera y la segunda
persona del singular, con la que la poeta parece dirigirse a sí misma. Con este
libro descubrimos que escribir es buscar en una hoja en blanco lo que no
sabemos aún qué es. La poesía es descubrimiento. Como dice en el poema
“Buscando qué”: “Y si me pusiera a escarbar la tierra, / buscando ¿qué?, y
encontrase”. Este libro es sin duda un placentero encuentro con la poeta
buscando también ese algo que no sabemos qué es.
Copio a continuación un poema:
El fulgor del rayo
Emborronas,
antes de comenzar,
una letra de la cabecera.
Y sabes,
con certeza
similar al fulgor del rayo,
que la página está,
como otras,
condenada al fracaso.
[El comentario se publicó en el número dos de la revista Anáfora]
No hay comentarios:
Publicar un comentario