El poeta
Javier Vela (Madrid, 1981) con su reciente libro de poemas Hotel origen (Pre-Textos) ganó
el XV Premio de Poesía “Emilio Prados” y suma un galardón más en su haber
literario.
Hotel Origen está dividido en tres
secciones, en total contiene 86 poemas, la mayoría de amor. La protagonista
principal es Amara (un nombre ya simbólico). A ella es quien a se cita
constantemente en los poemas. Se la describe cantando, envuelta en una toalla,
mientras completa un crucigrama, en sus diversos estados de ánimo: “Amara se
impacienta: su corazón anhela / mareas de invierno en playas de verano”. Amara
es “la contraimagen de la muerte”.
El lector
llega a preguntarse por qué no se ha
puesto como título del libro el nombre de Amara. Tal vez porque los poemas
fueron escritos en un hotel, mientras el poeta estaba en compañía de Amara. En
el último poema, nos dice que Amara se ha marchado mientras él dormía. Pero no
se ha ido del todo. “En la almohada atisbo una pestaña: / en ella sigue Amara”,
nos dice en los versos que cierra el libro.
Aunque los poemas sean de amor,
Vela no cae en el patetismo ni en lo cursi, ese es uno de sus méritos. Ha
sabido hablar de un tema tan recurrente, del que todo parecía haberse dicho ya.
Sin abusar y recargar los versos con la palabra “amor”, las historias e
imágenes de cada poema sugieren un amor nuevo, recién vivido, recién dicho.
Hotel Origen canta al amor y a la mujer, como tantos otros poetas
antes, pero de manera distinta. Aquí les dejo un poema del libro:
Mujer, agua
dormida,
imagen
afluente:
lago en que se
desborda mi deseo,
venero que me
adensa y me contiene,
dame tu sal,
desátame;
sácame del
marasmo de las ideologías;
líbrame de las
hordas egotistas,
dame valor
y miedo.
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