lunes, 4 de agosto de 2014

Mi tesoro

Recuerdo que cuando todavía era un niño, quería que mi escuela y colegio tuvieran una biblioteca para los alumnos. En mi escuela nunca tuvimos una. Los que dirigen Paraguay nunca miran hacia el interior del país. Tienen la mirada muy corta. En mi colegio tardíamente nos dieron una (la embajada de EE.UU nos donó una pequeña biblioteca), cuando yo ya no era estudiante, ya había acabado.
Hoy, diez años después, lejos de mi país, tengo una en mi casa. Pequeña pero valiosa. Poco a poco fui formando una biblioteca con los libros que siempre soñé. Libros encontrados en los mercadillos, en las librerías de viejo; muchos son regalos de amigos; algunos, libros nuevos... esperando que yo los abra. En fin, libros madrugados, gastados por el sueño.
Mi pequeña biblioteca es para mí un tesoro. La vida (y mucha gente buena) a veces nos da mucho más de lo que pedimos. Soy un hombre afortunado.


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